Bucaramanga – Sabana de Torres por la antigua vía del ferrocarril

Letrero representativo del municipio en el Parque Infantil

Cuando le pregunté a Anthony Boillin, un ciclo-viajero de origen francés que conocí a finales de 2017, una recomendación de una ruta en Santander para un artículo que publicamos en Ciclaramanga, no dudó en responderme que incluyera la ruta Bucaramanga – Sabana de Torres por la antigua vía del ferrocarril. Lo que me describió fue sorprendente y desde ese momento quise llevar a cabo esa travesía.

Tras una serie de dilaciones por diferentes motivos, finalmente, ayer domingo 14 de enero de 2024, pude completarla, luego de pedalear más de 100 kilómetros desde mi hogar en la vereda Aguablanca de Floridablanca. Fue una ruta maravillosa que ‘pagó’ con creces la espera.

A continuación, describo los pormenores y detalles del periplo para quien desee realizarla.

Descripción general de la ruta

La totalidad de la ruta es bajando con un pendiente suave, pues desde Bucaramanga (950 msnm) se desciende hasta el municipio de Sabana de Torres (110 msnm). La ruta desde Bucaramanga tiene una longitud aproximada de 80 Km.

El 95% del camino está compuesto por piedras no tan pequeñas (gravilla, ripio o destapado), así que tener una buena suspensión en la bicicleta es algo deseable. En mi caso, no cuento con ninguna, por lo tanto, fortalecí un poco más mis biceps y mis triceps. Por fortuna, no fue nada que tuviera que lamentar. Es decir, considero que para el ciclo-turismo, la suspensión (delantera o trasera) no es algo imprescindible. De hecho, la gran mayoría de ciclo-turistas que he conocido han prescindido de ella.

Túnel en la antigua vía del ferrocarril entre Bucaramanga y Sabana de Torres. En la parte superior se lee la inscripción ‘1930’.

El 5% restante lo conforman antiguos puentes muy rudimentarios y sin ningún tipo de seguridad por donde circulan principalmente las motocicletas de los lugareños. Junto con un par de túneles, estos puentes son los únicos vestigios funcionales que se conservan de la antigua ruta del ferrocarril que conectaba Bucaramanga (puntualmente, la estación de Café Madrid) con Sabana de Torres.

A lo largo del camino se encuentran varios puentes como este que no presentan ningún tipo de barrera física ante una eventual caída, razón suficiente para tomar las precauciones necesarias a la hora de cruzarlos.

Cuando se llega al corregimiento de Provincia, un par de kilómetros antes de arribar a Sabana de Torres, la carretera está pavimentada. También se encuentran un par de tramos de arena fina a lo largo del camino, pero son muy contados.

Tramo de la carretera en el sector de Provincia

Para tener en cuenta

Recomiendo muy especialmente tener bastante precaución al cruzar esos puentes porque, como mencioné anteriormente, en su mayoría no cuentan con ningún tipo de barandas y por su naturaleza fácilmente se puede perder el control de la bicicleta, como ya ocurrió una vez con saldo trágico para un ciclista. Así que es mejor tomarse el camino con calma, ir despacio para disfrutar su paisaje y detenerse a contemplar las ruinas de una otrora nación interconectada por vías férreas.

Otro puente tipo que se encuentra en la vía, bastante antiguo, rústico y sin ningún tipo de seguridad.

Detalle de la ruta

Por la vía que desde Bucaramanga va hacia la Costa Atlántica, por la vía a Rionegro, se llega a un balneario llamado Brisas, ubicado a aproximadamente 15 kilómetros desde el CAI de la Virgen en el centro-norte de la capital santandereana. En ese punto comienza realmente la antigua vía del ferrocarril.

Valla sobre la carretera Bucaramanga – Rionegro que identifica el balneario Brisas, punto de inicio de la ruta.

A partir de allí, se va uno encontrando diferentes caceríos, veredas y corregimientos de Girón, Lebrija, Rionegro, El Playón y Sabana de Torres. Eran las distintas estaciones del tren, supongo. Dentro de las que recuerdo están las siguientes:

Bocas de Girón >> Palmas >> El Conchal >> Vanegas >> Chispas >> Doradas >> Puerto Santos >> Provincia >> Sabana de Torres

También, se encuentra uno a lo largo del camino con diferentes ríos y quebradas que son afluentes del Río de Oro y del Río Lebrija, algunos se aprecian limpios y otros realmente con altos niveles de contaminación.

Vista de la quebrada La Honda en la vereda Palmas. Sus aguas aparentemente son limpias y dan ganas de bajar a darse un chapuzón.

Cuando pregunté a un lugareño sobre las principales productos de la zona me dijo que eran el oro y la minería. Un vecino mío me comentó que hace más o menos unos 45 años, el sorgo era el que reinaba en la región. Muy cerca de Sabana de Torres se aprecian grandes extensiones del monocultivo de palma de cera.

En total, me tomó unas 8 horas completar todo el recorrido, teniendo en cuenta los descansos.

De los pocos rieles que se aprecian de la vía ferroviaria, desmontada hace más de treinta años.

La ruta completa y sus detalles de tiempos, distancias y altimetría, se encuentran en mi perfil de Strava, la cual puede consultar a través del siguiente enlace: https://www.strava.com/activities/10559267465

El regreso a ‘La Ciudad de Los Parques’

Ya que realizar el retorno hacia Bucaramanga por el mismo camino puede ser en exceso dispendioso y desgastante, ha no ser que se cuenta con la energía y las ganas suficientes, la mejor opción es tomar un bus de retorno desde Sabana de Torres.

Información con los horarios en la oficina principal de Lusitana, junto al Parque Principal.

Viajé con Lusitania, empresa que ofrece un servicio de un bus cada hora por un valor de $30.000 el pasaje. Por llevarme también la bicicleta, negocié con el conductor una tarifa de $35.000, la cual me pareció bastante favorable para mi presupuesto. El recorrido duró cerca de 2 horas y 30 minutos por las nuevas e impresionantes vías 4G que conectan esa región del departamento. El bus llegó hasta el Terminal de Transporte de Girón, allí desembarqué y continúe mi camino en bicicleta hasta la estación de buses que van hasta mi hogar.

El número telefónico de la agencia de Lusitania, por si desea confirmar la información de horarios y tarifas, es el 3174296680.

Recomendaciones generales

Debido a la humedad de la zona, es muy conveniente llevar hidratación suficiente. En mi caso, salí de mi casa con un poco más de tres litros de bebidas, entre agua pura, jugo de tamarindo y limonada con jengibre, las cuales fueron más que suficientes hasta mi destino y no tuve que comprar nada durante el camino.

Información de caminos en la vereda El Conchal.

Como salí temprano de mi hogar, a eso de las 5:30 a.m., llegué a Sabana de Torres pasada la 1:30 p.m., hora de almuerzo. Llevé algunas provisiones para alimentarme bien durante la ruta, razón por la que no me apeteció comer nada más en Sabana, salvo hidratarme un poco. Sin embargo, observé que la oferta de restaurantes, venta de fruta y, en general, gastronomía, es amplia. La mayoría debe ser carnívora, aunque una opción vegetariana no está del todo descartada.

Monumento al ferrocarril en el Parque Principal de Sabana de Torres, Santander.

Conclusión

Es una ruta que merece la pena hacer, por el valor histórico que tiene, por el paisaje, por el clima, por la topografía. Me pareció que es bastante segura en cuanto a orden público. Las personas que saludé y me encontré por el camino me parecieron amables y cálidas, gente trabajadora y humilde. Eso sí, en algún momento del camino, ya casi finalizando, cansa el exceso de piedra y dan ganas de llegar a Sabana de Torres cuanto antes, pero para nada va en descrédito del gozo y la diversión que se ha vivido en los kilómetros anteriores.

Adicional, Sabana de Torres es un municipio limpio, ordenado, con buen ambiente, no es tan caliente como puede llegar a ser Barrancabermeja o Gamarra, que están más cerca del nivel del mar. De esos lugares de Santander que vale la pena conocer. ¡Anímese!

Relive

Galería fotográfica

Para ver todas las imágenes y videos siga en siguiente enlace en Google Fotos: https://photos.app.goo.gl/1stzboLhbKU5T6aD6

Un comentario Agrega el tuyo

  1. Albin dice:

    Muy buen escrito y detallado en su apreciación por esta travesía. Me deleité con su rico lenguaje y ameno relato.
    Abrazos.

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