Cuatro Vías no es ni siquiera un caserío, a lo sumo hay ranchos de paja, vendedores de exóticas bebidas refrescantes, y oferta femenina de arepas de maíz blanco, por cierto ricas y baratas. Aquí ocurre el primer encuentro con los indígenas wayúus, pero algo ligero y furtivo.
Al oriente, a diez minutos, está Maicao, paraíso fiscal para el contrabando y primera ciudad del departamento por encima de la capital Riohacha, por extensión, población e importancia comercial. Y más adelante, por la misma carretera, a 20 minutos de Maicao, Paraguachón, que es la frontera guajira con Venezuela, y por donde circulan libremente de un lado para otro los wayúus, pues para ellos políticamente en este territorio no existen fronteras, ni muchísimo menos legislación aduanera.
En Cuatro Vías no hay que hacer demasiada roña, entre más rápido se consiga transporte hasta Uribia, que es la próxima estación obligada en este periplo, más temprano se llega al Cabo de la Vela, lo que se traduce en más horas para disfrutar de la playa, menos calor, y más tiempo para poder alquilar una buena ranchería.
Tan sólo 40 Km separan a Uribia de Cuatro Vías. La carretera es pavimentada y se pueden observar los vagones carboníferos que van hasta Puerto Bolivar para ser sacados por vía marítima a través del océano atlántico hacia otros continentes. Un conductor experto no gastará más de media hora en hacer el recorrido.
Un transporte económico hasta Uribia oscila entre los 4 mil y los 6 mil pesos, dependiendo de qué tan buen regateador sea y qué tanta cara de turista tenga. En general, los guajiros son buena gente, pero negociantes, y casi no hacen ninguna concesión en materia tarifaria, aparte de tener ojo clínico para detectar al foráneo que quiere hacerse pasar por lugareño.
La escala en Uribia es interesante ya que es la capital wayúu del departamento, y como si esto fuera poco, la capital indígena de Colombia. Además, en Uribia se tiene un contacto más cercano con esta cultura. Es común ver a las mujeres con sus telares apostadas en las calles para atraer la atención del paisano y del turista. Pero curiosamente aquí las artesanías son más costosas que en el propio Cabo de la Vela, que es un lugar con muchísimo más reconocimiento turístico.
En materia de víveres se consigue casi de todo y en abundancia, lo más necesario (enlatados, granos, cereales, aceites, bebidas, panes, frutas, verduras, etc.), y también útiles de aseo, a precios razonables. El agua tratada, que es el bien más preciado en estas tierras secas, es relativamente barata. Se podría decir que esta es la última parada que hace la economía, pues más hacia el norte la vida es más escasa, y por ende más costosa.
Se necesitará tiempo para descubrir sus calles dispuestas en forma de óvalos, una distribución arquitectónica distinta a la de nuestras ciudades colonizadas por españoles, sus productos y sus gentes. Pero el tiempo se agota y ya es hora de partir.
¿Por qué no mejor bajarse en Maicao y de allí contratar transporte directo hasta el Cabo, ya que es la ciudad más importante de la Guajira y por consiguiente deberían haber más posibilidades de transporte económico?, se estarán preguntado los más curiosos. La respuesta es simple: porque por las vías principales Maicao está más lejos del Cabo que Cuatro Vías, es decir, hay más kilómetros entre una y otra población, por lo tanto, se gasta más combustible, por lo tanto, el transporte es más caro. ¿Okey?
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